Resultados Grandiosos:
Claves para desarrollar tu grandeza.



Capítulo 1: Invitación a la grandeza

Hablar de Grandeza, en esta época, parece algo pasado de moda, de una actitud posible en tiempos históricos, pero que hoy se encuentra en peligro de extinción, una actitud reservada para unos pocos individuos... exóticos... y lejanos a nuestra experiencia cotidiana.

La persona común (empleada, comerciante, profesional, empresaria) no tiene tiempo, ni energías, para desarrollar esta Grandeza. Y así, nos hemos convertido en seres pequeños, agobiados por grandes problemas... cotidianos, urgentes, reiterados, insolubles...

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Capítulo 2: Principios y valores

Si la Grandeza es un recurso al alcance de toda persona, empresa y equipo, ¿Por qué no la desarrollamos? ¿Qué es lo que nos detiene? ¿Existe acaso una fuerza externa que nos impide crecer? ¿O será, tal vez, sólo una falta de ejercitación? ¿Habrá cuestiones internas, de la persona u organización, que nos condicionan a la mediocridad?

Es muy significativo que la mayoría de las personas se sienten agobiadas y extenuadas por las presiones y urgencias de las circunstancias. Tanto a nivel personal como profesional. Al mismo tiempo, estas personas sienten también que tienen más recursos que ofrecer de los que ponen en juego, sienten que pueden dar mucho más de lo que están dando. Esto parecería contradictorio, pero no lo es...

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Capítulo 3: Principios y Valores

En sentido ético llamamos principio a aquel juicio práctico que deriva inmediatamente de la aceptación de un valor. Del valor más básico (el valor de toda vida humana, de todo ser humano, es decir, su dignidad humana), se deriva el principio fundamental en el que se basan todos los demás: la actitud de respeto que merece por el mero hecho de pertenecer a la especie humana, es decir, por su dignidad humana.

Nuestra vida, como personas, empresas o sociedades, está regida por principios. Seamos concientes o no de ellos, son los principios los que guían nuestro accionar. Algunos principios, como el egoísmo o la comodidad, nos llevan a la degradación y finalmente a la destrucción. Esto es válido tanto a nivel personal como organizacional, e igualmente para toda una sociedad.

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