COCREAR es una Consultora y Escuela de Coaching Ontológico. Realiza cursos de formación y entrenamientos en coaching personal y empresarial, inteligencia emocional y comunicación con el fin de desarrollar la efectividad, bienestar y relaciones de las personas, equipos y empresas. Capacitación y consultoría organizacional.
"Amigo, cuéntame sobre tu dolor: hoy tengo deseos de escucharme".
Nemer Ibn El Barud
A
veces, en una conversación de coaching ontológico o en otros ámbitos
donde nos ponemos en contacto con nosotros mismos, empezamos a
descubrir nuestros dolores: nuestras tristezas, angustias,
soledades, miedos, frustraciones, desilusiones, resentimiento...
Esta experiencia es en sí misma dolorosa. Descubrir, contactar,
expresar nuestras propias heridas internas... duele... y también
libera.
Estamos habituados a evitar el dolor. Si apoyo la mano en una estufa
caliente, el dolor hace que rápidamente retire mi mano, y gracias a
ésto evito un daño mayor, puedo mantener mi integridad física. En lo
psíquico o emocional muchas veces hacemos un movimiento similar: un
movimiento que nos lleva a evitar, rechazar, calmar el dolor. Muchas
veces huimos del dolor, lo negamos, lo ignoramos. Otras, en cambio,
hacemos exactamente lo contrario: nos apegamos a él, lo cuidamos, lo
alimentamos, lo mostramos orgullosos, como si fuera nuestro hijo
predilecto.
Lo que me pregunto hoy, es... ¿Cuántas veces lo escuchamos? Como se
escucha a un amigo, que tiene algo importante para decirnos.
¿Cuántas veces nos permitimos morar en nuestros dolores desde la
aceptación? Dejándolo que se exprese, sin hacer un solo movimiento
de rechazo, huida, apego, justificación...
Hay algo especial que sucede desde este
lugar. Un lugar en que no me enfrento con mi dolor, no me pongo
enfrente, sino al lado, lo reconozco como propio, lo escucho, lo
expreso, y... lo suelto. No lo tapo, no lo empujo, no lo niego. Lo
dejo libre, lo dejo ser en mí, me dejo ser en él.
¿Cuántas veces escuchamos a otra persona desde este lugar? Sin darle
vuelta la cara, sin rechazarlo, sin pretender arreglarle el
problema, sin aconsejarlo, sin juzgarlo, sin distancias, sin
presión, sin exigir. Dejando que su dolor toque nuestro corazón.
También hay algo especial que sucede desde este lugar. Y hay un
contexto necesario para que esto suceda. Un contexto de cuidado,
respeto, confianza, intimidad, contacto, aceptación.
Tal vez, para liberarnos del dolor, debamos primero liberar al
dolor... ¿Queremos hacerlo?
Pablo Buol
"Bienaventurado el que sabe que compartir un dolor es dividirlo y
compartir una alegría es multiplicarla."
Facundo Cabral
"Nuestras heridas son uno de nuestros más preciados activos cuando
se trata de hacer coaching. No se hace coaching desde la
perfección. Se hace coaching desde nuestras heridas".
Rafael Echeverría
CELEBRACIÓN DE LA SUBJETIVIDAD
Yo ya llevaba un buen
rato escribiendo Memoria del fuego, y cuanto más escribía más
adentro me metía en las historias que contaba. Ya me estaba costando
distinguir el pasado del presente: lo que había sido estaba siendo,
y estaba siendo a mi alrededor, y escribir era mi manera de golpear
y de abrazar. Sin embargo, se supone que los libros de historia no
son subjetivos.
Se lo comenté a don José Coronel Urtecho: en este libro que estoy
escribiendo, al revés y al derecho, a luz y a trasluz, se mire como
se mire, se me notan a simple vista mis broncas y mis amores.
Y a orillas del río San Juan, el viejo poeta me dijo que a los
fanáticos de la objetividad no hay que hacerles ni caso:
-No te preocupés -me dijo-. Así debe ser. Los que hacen de la
objetividad una religión, mienten. Ellos no quieren ser objetivos,
mentira: quieren ser objetos, para salvarse del dolor humano.
Eduardo Galeano
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Si para
recobrar lo recobrado
Francisco L. Bernardez |
Las cosas más
luminosas que nos puedan ocurrir en la vida, también tienen
sombra.
Le hemos tomado tanto miedo al sufrir, que vivimos sufriendo. Un
autor, Ivan Ilich decía: "Una sociedad que está enferma de huirle al
dolor, genera sólo dolor". Porque si me duele la cabeza y tomo una
aspirina una y otra vez, nunca escucho lo que me está diciendo el
dolor. La vida se comunica con nosotros con mensajes muy diferentes.
A veces nos habla con un mensaje dulce y suave, pero a veces nos da
un palo en la cabeza.
Si nosotros sólo queremos aprender en el
mundo de todo está bien, le vamos a huir a aquella reflexión que nos
lleva a espacios necesarios. No estoy predicando que el aprendizaje
sólo sea dolor, estoy diciendo que toda reflexión seria tal vez
implique dolor. El dolor forma parte de la vida. ¿Cómo puedo
apreciar la maravilla de la risa si no conozco el llanto? ¿Cómo voy
a apreciar la maravilla de la amistad si no conozco la
desamistad?.
Cuando los seres humanos descubren que el aprendizaje está al
servicio de la vida, se enamoran, se llenan de preguntas, se ponen
luminosos. Pasa cuando lo que hablamos tiene que ver con sus
dolores, con sus preguntas, con sus dudas; no es simplemente
responder a algo concreto.
Julio Olalla
El Coaching Ontológico es un proceso fundamentalmente liberador del sufrimiento y de las creencias condicionantes que nos limitan. Nos conecta con nuestros recursos y con nuestra capacidad de intervenir en el mundo, logrando mayor bienestar y efectividad en el logro de los resultados que nos importan.
El Coaching Ontológico desarrolla la actitud y la aptitud para generar nuevas ideas, para crear nuevas posibilidades, para descubrir nuevos significados, para inventar nuevos caminos, para encontrar nuevas conexiones, ya sea en el nivel individual o en el social. Es poder "soltar" lo seguro-conocido, para iniciar un "viaje" a la región de lo "aún no explorado", para atreverse a diseñar un por-venir acorde a nuestras inquietudes.